OBESIDAD Y SUICIDIO

Por: Jennifer Aguilera.

Las personas con obesidad tienen un riesgo a suicidarse, debido a que se ha detectado similitudes en su actividad cerebral de una persona adicta a las drogas y los obesos, tienen una disminución de número de receptores D2 de dopamina vinculados a los circuitos de placer y recompensa, por lo que existe la propuesta de considerar a la obesidad como una enfermedad psiquiátrica, así lo señaló el especialista Carlos Delgado-Calvete, en el marco del III Simposio de Grupo Gallego de Tratamiento de la Obesidad Grave (GGTOG).

Cabe destacar que en México la obesidad es uno de los problemas de salud más graves y de más rápido crecimiento, que además ponen en riesgo a la población en padecer enfermedades como la hipertensión, cardíacas y apoplejía, diabetes tipo 2, vesícula biliar, fatiga crónica, asma, apnea obstructiva del sueño y algunas formas de cáncer.

Por tal motivo es importante también atender a las personas en temas emocionales que conducen a comer en exceso, por periodos prolongados, más una vida sedentaria y es que cómo pensamos, nos sentimos, por ejemplo: sentimientos de tristeza, ansiedad o estrés a menudo llevan a las personas a comer más de lo usual, por lo tanto si no se actúa para enfrentar estas emociones, pueden ocasionar problemas a largo plazo.

La obesidad es acompañada, con frecuencia, de la depresión y una puede ocasionar e influir sobre la otra, de hecho varias personas con problemas para recuperarse de eventos repentinos o emocionalmente agotadores por ejemplo; la pérdida de un amigo cercano o de un miembro de la familia, dificultades en sus relaciones, perder el trabajo o enfrentar un problema médico serio, ocasiona que sin darse cuenta empiezan a comer demasiado de las comidas equivocadas o a abandonar el ejercicio, convirtiéndose en un trastorno alimentario compulsivo, una conducta asociada con la obesidad.

De tal forma que enfrentar la obesidad y problemas similares de control de peso requiere adoptar nuevos hábitos que fomenten un estilo de vida saludable, sin intentar cambios radicales en su dieta o patrones de actividad, por lo que es necesario que se involucre a varios profesionales de salud calificados, para que se desarrolle un plan seguro para perder peso que incluya tanto dieta como ejercicio y la ayuda de un psicólogo para los aspectos emocionales, tales como el estrés, la depresión, o las experiencias que causaron su aumento de peso.

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